CINE / MIMOSAS, DE OLIVER LAXE
MIMOSAS
Oliver Laxe
Mimosas fue uno de los
platos más exquisitos del último festival de Gijón, a pesar del título que echa
para atrás. Su director, el gallego Oliver
Laxe (París, 1982), tiene cuatro largos exóticos y muy personales en su
haber, y esta película rodada en Marruecos, en los parajes del Atlas, es una
coproducción en la que entra Qatar, Francia y España además del país anfitrión.
Mimosas, aunque sea
ecléctica y no redondee el final, es una ejercicio cinematográfico notable, una
película que hipnotiza a través de imágenes bellísimas y cargadas de misterio
con dos planos narrativos que se entrecruzan, uno pretérito y otro ubicado en
el presente. Un viaje iniciático de unos caravaneros por las montañas del
Atlas, que, en un momento determinado, al morir el cheik, el jefe de la
expedición, se convierte en un viaje funerario buscando dónde enterrarlo. La
naturaleza es hostil (hay nieve, no hay caminos, se pierden, bordean un
impetuoso río por una estrecha garganta), y también los bandoleros de la zona
que les atacan y los diezman ponen su parte en dificultar el avance del grupo. Por
otra parte un grupo de taxistas del Marruecos actual participan en una extraña
carrera por el desierto y discuten sobre religión y baraka.
Mimosas es una película
antropológica y de aventuras que atrapa en sus 96 minutos de imágenes
hipnóticas. Casi un western, con todos los elementos de naturaleza y lucha, y
ecos de El cielo protector de Paul Bowles, un autor que está muy
presente en el imaginario de su director, y unos actores telúricos, de
facciones hoscas, que parecen brotados de las entrañas de esas tierras tan
bellas como hostiles. Hay que dejarse llevar por ese torrente bellísimo y
poderoso de este imaginativo realizador español nacido en Francia.
Reservas hospedaje festival
Angelique Pfitzner
angeliquepfitzner@yahoo.es
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